
Ya sean viejos castillos, casonas a las afueras de las ciudades los fantasmas los visitan por igual. Por eso esta semana te traemos cinco libros en los que las apariciones habitan viejas edificaciones.
La casa en los confines de la Tierra, de William Hope Hodgson.

En un caserón solitario y temido de Irlanda, que constituye el centro de espantosas fuerzas del trasmundo y soporta el asedio de híbridas y blasfemas anormalidades que surgen de secretos abismos inferiores. Esta nueva edición ilustrada con una nueva traducción pone al día la capacidad de W. H. Hodgson para crear atmósferas que oprimen y aterrorizan a quien se asoma a este gran clásico de la literatura de terror.
La caída de la casa Usher, de Edgar Allan Poe

Este cuento largo de Poe tiene todos los elementos del relato gótico: una casa embrujada, un paisaje lúgubre, unos hermanos gemelos, una enfermedad misteriosa. Pese a eso, parte del terror de esta historia es su vaguedad; no podemos decir a ciencia cierta en qué parte del mundo o exactamente cuándo tiene lugar la historia. Estamos solos con el narrador en este espacio embrujado, y ni nosotros ni el narrador sabemos por qué. Es una de las narraciones que el propio autor consideraba la más lograda su obra.
La casa infernal, de Richard Matheson
En 1940 una expedición de cinco personas se internó en la infame Casa Belasco para desentrañar los misterios de la que era considerada como la casa más peligrosa del mundo. Sólo uno de ellos consiguió salir con vida. Treinta años después, el millonario Rolf Randolph Deutsch contrata a cuatro extraños, entre ellos el único superviviente de la masacre de 1940, para demostrar la existencia de la vida después de la muerte. Para ello deberán pasar una semana en la Casa Belasco. La Casa Infernal les ha permitido entrar, pero ¿los dejará salir?
Otra vuelta de tuerca, de Henry James

Perfecta en su sencillez, «Otra vuelta de tuerca» es una de las historias de fantasmas más célebres y leídas de la historia. Sin embargo, el motivo de este favor unánime y continuado reside no tanto en la anécdota que la sustenta, sino en la suprema habilidad con que en ella Henry James levanta de la nada un relato que va dejando al lector sin asideros y creando en él el horror más inquietante: aquel que va dentro del ser humano y lo acompaña desde el origen de los tiempos.
La maldición de Hill House, de Shirley Jackson

Publicada por primera vez en 1959, La maldición de Hill House es todavía hoy una de las novelas más inquietantes jamás escritas. Tras pasar años entregado al estudio de las «perturbaciones psíquicas» que suelen manifestarse en las casas encantadas, John Montague, doctor en Filosofía y estudioso de lo oculto, alquila Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Ahí se traslada con un grupo de asistentes dispuestos a pasar una temporada en ella. Lo que encontrarán los dejará marcados de por vida.