La investigación criminal tuvo una revolución en los años setenta, dejando en su camino varios libros, casi todos testimonios directos de los participantes en investigaciones destacados. Aquí reunimos un grupo de variopintos títulos, que lo mismo son investigaciones periodísticas que autobiografías de los agentes implicados. Sin más que agregar, les dejamos los títulos.
Manson, La historia real de Tom O’Neill y Dan Piepenbring
La historia “oficial” afirma que Mason manipuló a un grupo de jóvenes para que asesinaran a sangre fría un grupo de personas en Cielo Drive, entre ellas, Sharon Tate. Debido a que no existía la pena de muerte, casi todos los participantes siguen vivos. Esa historia oficial no le satisfizo al periodista de investigación Tom O’Neil, quien se tomó veinte años de investigación para refutar la historia «oficial» detrás de Manson. ¿Quiénes eran sus verdaderos amigos en Hollywood y hasta dónde llegarían para ocultar las relaciones entre ellos? ¿Por qué la policía no actuó en muchas de las ocasiones en las que podría haberlo hecho? ¿Y cómo convirtió a un grupo de hippies pacíficos en asesinos sin escrúpulos? Su búsqueda de respuestas lo lleva a a pasar desde por celebridades solitarias a espías experimentados, desde el Verano del Amor a los sombríos espacios en los que tenían lugar los experimentos de control mental de la CIA, en un camino lleno de encubrimientos y coincidencias.
La granja de cadáveres, de Bill Bass
Aunque parezca una película de terror, no lo es, tampoco un thriller policiaco, es un experimento controlado. La necesidad de encontrar respuestas científicas al comportamiento de la muerte llevó al doctor Bill Bass a crear el laboratorio más extraño del que se tenga noticia: una granja en Tennessee, donde se descomponen cadáveres al aire libre, con la colaboración natural de bacterias e insectos, a fin de analizar y obtener datos objetivos e inapelables que puedan servir en los tribunales de justicia para determinar, no sólo el momento en que se produjo la muerte, sino las causas y el tiempo transcurrido desde que una persona es asesinada y el hallazgo del cadáver, en muchos casos reducido a un montón de cenizas. Este libro cuenta con apasionante minuciosidad científica, atenuada por buenas dosis de humor, lo que sucede al interior, los casos en los que ha sido relevante y como Patricia Cornwell implicó la granja en una aventura de su médica forense Kay Scarpetta.
Mindhunter, Cazador de mentes de John Douglas y Mark Olshaker
John Douglas es el hombre que revolucionó las técnicas para estudiar las mentes de los criminales en serie. Durante veinticinco años como agente especial del FBI, Douglas contribuyó a resolver los casos más difíciles, con aciertos asombrosos, como el que le llevó a anticipar la personalidad de un asesino de niños en Atlanta, contradiciendo las opiniones de la mayoría. Mitad biografía, la verdad es que cuenta mucho de él y su juventud antes de entrar al FBI, para luego centrarse en los casos en los que participó, además de las entrevistas que realizó a personajes como David Berkowitz, “el hijo de Sam”, Charles Manson, Edmund Kemper, entre muchos otros más.
BTK, de Roy Wenzi y Tim Potter
Tal vez Dennis Rader, autonombrado como BTK, las siglas con las que firmaba, es uno de los peores asesinos seriales que han existido. Ante el mundo se mostraba como un padre de familia ejemplar, pero en realidad llevaba una doble vida: bajo esa aparente afabilidad y bondad se escondía un asesino cruel. Durante varios años el BTK mantuvo en jaque a la policía, incapaz de encontrar una pista que diera con su paradero. Pero Rader cometió el error de la vanidad y, comunicándose a través del diario local de su ciudad, The Wichita Eagle, a quien anunció que su contraseña sería Bind them, torture them, kill them (átalas, tortúralas, mátalas) abrió la espita para que le rastrearan informáticamente. Después de treinta y un años impune, actualmente cumple cadena perpetua por diez asesinatos. En este libro se narra su carrera y la manera en que lo atraparon.
Asesinos en serie, de Robert Ressler K. y Tom Shachtman
Este libro es el complemento perfecto para Mindhunters, ya que es la visión desde otro punto de vista del veterano policía Robert K. Ressler, quien fue soldado y luego agente del FBI. Fue REsslera quien se le ocurrió el término asesino en serie, luego de que decidiera entrevistar a un grupo de criminales compulsivos entre ellos Richard Speck, Ted Bundy, David Berkowitz o John Wayne Gacy, el asesino que se vestía de payaso. Ressler además, ayudo a crear una base de datos de asesinos, lo que evitó que los crímenes que se cometieran en varios estados no fueran debidamente documentados como parte de un grupo. Una vez que se jubiló del FBI, siguió asesorando a las policías locales de su país, e incluso fue llamado a Japón, Europa y África.