Cómo se ve desde lo lejos
Como el máximo exponente de la narrativa moderna en lengua hebrea, pero también como un personaje pop que lo mismo ha vivido en la casa más pequeña, ubicada en Polonia, que ha recibido un homenaje por parte de ilustradores mexicanos. Es un rara avis en el panorama literario mundial, porque ha ganado muchos lectores sin haber escrito una novela, cosa que muy pocos escritores han logrado. Es además, director de cine y guionista, entre otros premios ganó la Cámara de Oro a la Mejor Opera Prima en el Festival de Cannes por Meduzot.
Por dónde empezar… Pizzería Kamikaze
En este conjunto de cinco relatos nos encontraremos con un conductor de autobús que quería ser Dios, con Ana, propietaria de una tienda de ultramarinos situada a las puertas del Infierno, con un grupo de suicidas, entre otros personajes más. Todos estos seres se mueven entre la realidad más cruda y la ficción más disparatada, que acaba mezclándose en una sola realidad de irrealidades. Este es el libro más “accesible” de Keret, el que deja muy en claro su estilo y el que sedujo a muchos de sus lectores.
Con qué continuar… Tuberías
Otro conjunto de personajes extraños: Un soldado que mata a un anciano en Gaza, un gueshternaj, porque se ha podido alimentar de un sueño feliz, un hombre que compra un libro que cumple su promesa de explicar el sentido de la vida, otro más al que se le quiebra inesperadamente la vida después de que la plaga de los primogénitos azota a su población, y un hombre más que accede al cielo de los inadaptados a través de una tubería. Este es el primer libro de relatos que escribirá Keret y que se comenzó a gestar cuando realizaba su servicio militar obligatorio y luego de la trágica muerte de su mejor amigo.
Qué conocer después… Extrañando a Kissinger
Este libro reúne 49 cuentos, algunos de unas pocas páginas, que reúnen otra pléyade de personajes extraños: un ángel demasiado perezoso como para volar, un niño que quiere ser Bart Simpson, una hermosa mujer que termina convirtiendo a sus novios en sillones, entre otros muchos. En este libro Keret demuestra que le interesa lo que no le interesa al resto de sus compatriotas, no escribe con una prosa engolada, sino precisa; es decir, más que buscar la belleza del lenguaje, se centra en la historia, privilegia el qué sobre el cómo. Tampoco hace política a través de sus historias, no es que sea apolítico, si tal cosa puede ser posible, sino que lo suyo es buscar el choque, la sorpresa.
No se te vaya a ocurrir comenzar con… Siete años de abundancia
Este es el registro de la vida de Keret durante siete años que inician con el nacimiento de su hijo hasta la muerte de su padre. Con su peculiar humor, nos narra su día a día, que no es inocente o cotidiano, sino que nos permite echar una mirada a una muestra representativa de la sociedad israelí. No podría ser de otra forma ya que tiene una hermana ortodoxa que tiene once hijos y ocho nietos, un hermano pacifista que además es activista de la legalización de la marihuana, amén de unos padres supervivientes del Holocausto. No es conveniente comenzar con este libro porque no representa realmente la forma en que desarrolla sus historias, pero sí nos explica de dónde saca sus anécdotas.
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