Cómo se ve desde lo lejos
Como uno de los escritores cubanos más universales, creador de novelas y cuentos, periodista, guionista y gran conversador. Inició en los ochenta como corrector en la revista cultural cubana El Caimán Barbudo, además de la Revista Enigma. Hoy es colaborador de varios medios impresos en el mundo. Su detective Mario Conde ha sido llevado al cine, vía Netflix, en cuatro historias dirigidas por Félix Viscarret. Además ha sido guionista de Regreso a Ítaca, película del director Laurent Cantet. Será a partir de El hombre que amaba a los perros que su obra acabaría llegando a un número increíble de lectores.
Por dónde empezar… Adiós Hemingway
En 1997 Mario Conde ha dejado la policía y trabaja como comprador de libros de segunda mano que, a su vez, un amigo revende. Conde sigue con su deseo de ser escritor de día, pescador y amante. Pero los crímenes lo siguen, así que ayuda a Palacios para averiguar la identidad de un cadáver que ha aparecido en Finca Vigía, la antigua casa habanera de Hemingway. El problema es que tal vez el viejo escritor norteamericano pudo ser el asesino. En este libro Padura rememora el paso del creador de Adiós a las armas y reflexiona sobre la creación literaria, los personajes ficticios y la memoria. Una obra que de inmediato atrapa al lector.
Con qué continuar… Pasado perfecto
Mario Conde, un nostálgico policía habanero, es encargado de la búsqueda de Rafael Morín, el jefe de la Empresa de Importaciones y Exportaciones del Ministerio de Industrias cubano, quien desapreció desde el año nuevo. Morín era un antiguo compañero de estudios de Conde, por lo que lo conoce muy bien. El detective lo recuerda como un tipo brillante tenaz, además de suertudo, porque acabó casándose con Tamara, su amor de juventud. Con esos elementos Padura hace un repaso sicalíptico, nostálgico y duro del sistema político cubano y la forma en que los cubanos viven el día a día. La de Conde es una vida llena de recuerdos.
Qué conocer después… El hombre que amaba a los perros
Narración contada a tres voces. Una de ellas es la Trotski, exiliado por la persecución asesina de Stalin, que lo lleva a recorrer Europa hasta acabar en México, primero en casa de Frida Kahlo y Diego Rivera y luego en la suya en Coyoacán. El otro es Ramón Mercader, un comunista catalán que cabría siendo el asesino de Trotski. La última voz sería la de Iván, un joven cubano desengañado por la revolución, pero que ama cuba y no quiere irse. Este último vive fascinado por un personaje misterioso a quien conoce paseando por una playa solitaria. Esta novela es la que volvería Padura un escritor conocido fuera del ámbito del género policiaco y le otorgaría el prestigio el cual ahora goza.
No se te vaya a ocurrir comenzar con… Aquello estaba deseando ocurrir
Recopilación de cuentos con historias que van desde los militares cubanos que fueron a combatir a África hasta exiliados que se van a vivir a Miami o nostálgicos habaneros que ven la vida pasar o escritores frustrados que miran pasar el tiempo sin saber qué hacer. Este volumen de cuentos funciona muy bien para el lector avezado en Padura que ya leyó todas sus novelas y busca más, peor tal vez no funcione para un lector que apenas inicia porque no alcanza a ver con profundidad todo el universo paduriano. Sin embargo, están todos los elementos que lo han catapultado a la fama: sexualidad, música, recuerdos y la omnipresencia del sistema cubano.
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