Desde que la fotografía se inventó a finales del siglo XIX y se popularizó a principios del siglo XX, muchos han sido los fotógrafos que aportado su visión a este arte, llevándolo del mero retrato de la realidad a convertirlo en representaciones oníricas, eróticas, terroríficas o lúdicas. En el siglo XX han existido varios artistas de la lente que han dejado su huella en la historia de la fotografía. Aquí una breve lista de ellos.
Araki nació en Shitamachi, un barrio pobre de Tokio. Entre esas callejuelas sucias y empobrecidas fue que el joven fotógrafo reunió la serie Satchin, con la que ganaría el premio Taiyo. En esa serie nos mostraría un Tokio poco antes visto, lleno de hoteles de paso, clubs nocturnos, niños juguetones y oficinistas con sueño permanente. Sus fotografías son viajes por la urbe nipona, viajes llenos de desenfado, con un Araki en fiesta permanente pero con el ojo de fotógrafo siempre listo. Sus placas son naturales, tomadas con espontaneidad, buscando siempre la cotidianidad de la gente: Oficinistas, estudiantes, amas de casa, prostitutas, vagabundos. Muchas de ellas llenas de un erotismo que a veces raya en lo grosero. “No me gusta que la gente borre sus imágenes tan fácilmente. Buenas o malas, ya se han tomado y deben significar algo para nosotros”, dice Araki.
Fue el gran Andy Warhol quién le ofreció su primer trabajo dentro de su icónica revista Interview. LaChapelle se había iniciado en la fotografía a la temprana edad de 6 años cuando fotografió a su madre, Helga LaChapelle, mientras ella bebía champaña en un balcón, en unas vacaciones. De ahí siguieron muchas fotos más en las que su madre sería su modelo. Surrealista, sarcástico, mordaz, es capaz de satirizar la cultura popular para brindarnos unas fotografías que actúan a diferentes niveles de entendimiento. Primero nos asalta la sorpresa, luego vamos desentrañando su significado. Su trabajo ha aparecido en diversas revistas: Vogue, Rolling Stone, i-D, Vibe, The Face y GQ, entre muchas otras. Además de haber hecho campañas para: L’Oreal, Iceberg, MTV, Ecko, Diesel Jeans, Sirius, Ford, Sky Vodka,Cervecería Cuahtemoc Moctezuma y la campaña Got Milk? «Trato de hacer fotografías que no haya visto nunca antes”, dice y al parecer lo logra siempre.
Nació en el seno de una familia acomodada de Nueva York, con el nombre de Diane Nemerov, pero al casarse adoptó el apellido Arbus. Su esposo le enseñaría el oficio de la fotografía. Juntos, abrieron un estudio en el cual trabajaron con éxito durante años haciendo campañas publicitarias para diferentes revistas. Ella era su asistente y debía aceptar ese rol por las costumbres de la época. Harta de ser solo una testigo, decide seguir su vocación y comienza a estudiar con Lisette Model, quien la alentó a seguir sus instintos. Así fue que recorrió los barrios marginales de su ciudad para seleccionar a los personajes que retrataba, entre los que se encontraban enanos, nudistas, travestis y prostitutas. Con todos ellos iniciaba una breve conversación para ganarse su confianza y pedirles que se dejaran retratar. Sus fotografías reflejan a todos esos seres abandonos por el “sueño americano”, personajes que por alguna u otra razón no tiene la belleza ideal para aparecer en revistas.
Sin lugar a dudas, el documental La sal de la tierra, dirigido por Ribeiro Salgado y Wim Wenders, catapultó la obra del fotógrafo brasileño Sebastiao Salgadohaciéndolo conocido incluso par personas que no están muy familiarizados con la fotografía. La gran producción del fotógrafo brasileño está centrada en la inmigración, el trabajo y la relación de la humanidad con la tierra. En la introducción a Éxodos dice: «Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos.»
Pedro Meyer
Pedro Meyer es el fundador y presidente del Consejo mexicano de fotografía y el organizador de los primeros tres Coloquios Latinoamericanos de Fotografía, además de ser curador, editor, fundador y director del portal web ZoneZero, el cual presenta el trabajo de más de mil fotógrafos de todo el mundo. Meyer siempre ha sido un fanático de la fotografía digital, cosa que muchos de sus compañeros le reprocharon, incluso llamándolo hereje. Así que utilizó el adjetivo para su libro recopilatorio y lo bautizó como Herejías. En octubre de 2008 creo su proyecto más ambicioso, llamado de la misma manera y que consistió en 60 exhibiciones en 17 países alrededor del mundo en los que permitió a curadores de estos museos escoger entre 3000 imágenes de su acervo.